Santiago del Estero provincia que vivió en carne propia lo que son los usos y costumbres de los señores feudales, por ejemplo, la utilización de las estructuras institucionales con fines políticos y personales, el adoctrinamiento, la mentira y la ambición de poder de un grupúsculo, que no conoce otra forma de ejercer su rol en la sociedad que no sea a través de estas practicas que ya todos conocen como «la vieja política».

Tal es el caso que se conoció en las ultimas horas, sucedido en la histórica Biblioteca Sarmiento de la capital provincial, una centenaria institución que pasó por multiples etapas y momentos; del abandono allá por finales de los noventa y principios del dos mil, al día de la fecha, donde la actual comisión directiva logró reacondicionarla ediliciamente y captar la atención de la sociedad, a punto de que la misma volvió a tomar ese espacio dentro de la comunidad para el cual las bibliotecas fueron creadas.

Se aproximan las elecciones para renovar comisión en la administración de la biblioteca y un socio de apellido Manzur, realizó una incorporación masiva y poco clara de asociados de aproximadamente 150 personas, lo cual llamó la atencion de las actuales autoridades por el caudal de socios que ingresaron de manera repentina. Al momento de verificar las fichas correspondientes se logró constatar, que las fechas consignadas tenían un desfasaje de casi 6 meses anteriores a la que se informó originalmente.

Las alarmas se encendieron, al momento de notar que para poder formar parte de la comisión directiva, un socio debe tener como minimo 6 meses de antiguedad, lo que terminó de confirmar que las intenciones del señor Manzur y sus amistades, no son otras que pelear un puesto o la dirección de esta centenaria institución.

Si esto no bastara para que este movimiento resultara extraño, y con vicios de corrupto, al indagar un poco mas aparecieron nombres ligados a la estructura del PJ Local que al ser consultados, sin tanto prurito asumieron que la incorporación masiva de socios se pergeñó con el fin de ganar espacio «a gente de Milei» como si una biblioteca se tratara de una unidad básica de la política.

Prácticas vetustas y dañinas en una institución como una biblioteca, que cumple un rol social fundamental, deben permanecer alejadas, para no manchar el nombre de uno de los pilares de la educación de los ciudadanos de la capital santiagueña.