El ex intendente de la localidad de El Bordo en el departamento de General Güemes, Juan Rosario Mazzone, más conocido como «Chicho» Mazzone, viene desde hace tiempo resaltando sus aspiraciones a la intendencia del municipio, ignorando las causas graves por las que hace ocho años atrás fue destituido. Mazzone fue condenado por corrupción de menores en 2017 y además acusado de explotación laboral de sus empleados.

En el año 2015 fue destituido y vergüenza nacional tras difundirse imágenes de él casi totalmente desnudo junto a adolescentes menores de edad en ropa interior. Dos años después, fue condenado por los hechos a tres años de prisión condicional por corrupción de menores.

La justicia determinó en el juicio que Mazzone invitó a cinco jóvenes a su casa, cuatro de ellas menores de edad. Las víctimas declararon que hicieron un asado a altas hora de la noche, consumieron alcohol, las invitaron a meterse a la pileta en ropa interior, les tomaron fotografías y luego les hicieron propuestas sexuales. Además, una de ellas contó que, al negarse a tener relaciones, Mazzone la insultó y le dijo que conseguía “mejores por 100 pesos”, dando a entender que sus actos de abuso de menores eran moneda corriente en su vida por detrás del cargo.

Aunque el ex funcionario negó haber sabido que trataba con menores de 15 años, la justicia determinó que era culpable de hacer invitaciones sexuales y fotografiar a adolescentes cuatro veces menores que él, recordando que en aquel entonces tenía 62 años. Además, los fiscales señalaron que casi se recae en un caso de abuso sexual, que en este caso salió a luz, pero se desconocen cuantas más relaciones con menores de Mazzone no fueron difundidas. Asimismo, las victimas señalaron que fueron perseguidas, hostigadas y amenazadas por Chicho Mazzone para no contar la verdad.

Al historial de delitos con adolescentes, se suman las denuncias por explotación laboral. Cuando Mazzone fue destituido, la AFIP y la División de Trata de Personas de la Policía Federal realizaron un allanamiento en sus dos tabacaleras y para sorpresa detectaron alrededor de sesenta trabajadores de sus fincas que se encontraban siendo explotados y en condiciones infrahumanas de trabajo.

Lo que da cuenta que Mazzone siempre buscó aprovecharse de los sectores más vulnerables y usar su poder para abusar de los mismos. Por un lado, las mujeres y menores de edad a quien intentaba comprar con un par de billetes, y por el otro a los pobres, a quienes explotaba aprovechándose y enriqueciéndose a costa de la necesidad de trabajo de la gente.