La historia tuvo final feliz y ahora Mateo ya vuelve a jugar con dos de sus peluches preferidos: el osito Teddy y un Creeper verde. El niño los había perdido en un colectivo de la empresa Aconquija y desde ese momento se viralizó una campaña con la intención poder recuperarlos.

«Los encontró un bombero y me cuentan que siempre estuvieron en el cuartel (en Tafí del Valle)», contó Mariana la mamá del pequeño.
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Niño feliz: Mateo sonríe porque aparecieron sus peluches. Estaban en el cuartel de Bomberos de Tafí del Valle.

Niño feliz: Mateo sonríe porque aparecieron sus peluches. Estaban en el cuartel de Bomberos de Tafí del Valle.

¿Qué había pasado con los peluches?

«La primera semana de enero, nos fuimos unos días a Tafí del Valle y estábamos bajando del colectivo en la Ovejería en una parada donde está el cartel, pero al momento de bajar del colectivo el chofer arranca y no espera que terminemos de bajar. Logré hacerlo yo pero mis tres hijos no, entonces comencé a gritar y por suerte un señor logró alcanzarme la valija que estaba en mi asiento. En ese instante no me di cuenta de revisar si había quedado algo más, y luego me percaté que quedó el botinero donde Mateo guarda sus ositos, que lleve a todos lados si es que nos vamos más de un día de casa», comentó la madre del niño en diálogo con LV12.

¿Por qué era tan importante encontrarlos?

«Hay uno de los ositos que se llama Teddy, es un «peluchito» marrón color café con leche que es el más importante, el otro es un Crepper verde de la serie Minecraft que se lo había traído el niño Dios y es un peluche que está de moda y se lo puede conseguir en cualquier lado y la verdad que Mateo no tenía un apego tan grande todavía. Pero en el caso de Teddy sí por que fue un oso que yo le compré una vez cuando fuimos al súper, él me lo había pedido y lamentablemente al poco tiempo a mi papá le diagnosticaron un cáncer, que se lo termino llevando, así que ese peluchito fue muy importante porque lo acompañó durante todo el proceso de la enfermedad de mi papá y sobre todo cuando fallece porque durante muchas noches lloraba al extrañar a su abuelo, entonces yo le enseñé a mirar al cielo y abrazar a su Teddy», relató.

A partir de ese momento se formó como una especie de tradición y cada Navidad o Reyes Magos el pedía un osito de peluche, inclusive sus hermanas Guada y Cande se habían encariñado con los peluches.

El oso Teddy se lo compré cuando mi papá estaba enfermo (lv12.com.ar)

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