Solamente quienes son papás de niñas y niños pequeños, comprenden la importancia de no perder bajo ningún punto de vista su objeto de apego. En ese sentido, algunos de ellos tienen un valor demasiado especial y este es el caso de Mateo, un niño de 8 años, oriundo de Tafí Viejo, que hace algunos días busca algo muy valioso para él.
Se trata de dos osos de peluche: Un osito Teddy color café con leche, y un peluche de Minecraft verde.
En este contexto, LV12 se contactó con Mariana, la mamá de Mateo para que nos informe sobre lo sucedido.
La pérdida de Teddy, se dio de manera confusa mientras Mariana y sus tres hijos bajaban de un colectivo de la empresa Aconquija en la zona de La Ovejería, en Tafí del Valle:
«La primera semana de enero, nos fuimos unos días a Tafí del Valle y estábamos bajando del colectivo en la Ovejería en una parada donde está el cartel, pero al momento de bajar del colectivo el chofer arranca y no espera que terminemos de bajar. Logré hacerlo yo pero mis tres hijos no, entonces comencé a gritar y por suerte un señor logró alcanzarme la valija que estaba en mi asiento. En ese instante no me di cuenta de revisar si había quedado algo más, y luego me percaté que quedó el botinero donde Mateo guarda sus ositos, que lleve a todos lados si es que nos vamos más de un día de casa», comentó.
¿Por qué es tan importante encontrarlos?
«Hay uno de los ositos que se llama Teddy, es un «peluchito» marrón color café con leche que es el más importante, el otro es un crepper verde de la serie Minecraft que se lo había traído el niño Dios y es un peluche que esta de moda y se lo puede conseguir en cualquier lado y la verdad que Mateo no tenia un apego tan grande todavía. Pero en el caso de Teddy sí por que fue un oso que yo le compré una vez cuando fuimos al súper, él me lo había pedido y lamentablemente al poco tiempo a mi papá le diagnosticaron un cáncer, que se lo termino llevando, así que ese peluchito fue muy importante por que lo acompañó durante todo el proceso de la enfermedad de mi papá y sobre todo cuando fallece porque durante muchas noches lloraba al extrañar a su abuelo, entonces yo le enseñé a mirar al cielo y abrazar a su Teddy», relató.
A partir de ese momento se formó como una especie de tradición y cada Navidad o Reyes Magos el pedía un osito de peluche, inclusive sus hermanas Guada y Cande se habían encariñado con los peluches.
Mateo tiene 7 años, y me pregunta constantemente si alguien llamó diciendo dónde está su Teddy.
«Cuando llegue a casa me di cuenta que el botinerito no estaba, entonces mi esposo salió a la ruta para intentar frenar el colectivo, logró hacerlo, pero el chofer nos dijo que nadie le había devuelto nada, de ahí nos fuimos a la terminal y tampoco había nada, entonces se nos ocurrió hacer un cartel y dejarlo en la parada», comentó la mamá de Mateo.
«Estamos ofreciendo recompensa por los peluches, sobre todo por el Teddy que será aproximadamente el valor del mismo. Esta fue una idea que se le ocurrió a mateo: ‘Mamá decile al que tenga mi peluche que lo devuelva que yo le voy a dar plata‘, era por que justo tenía plata que le habían dado sus abuelos, pero lógicamente la recompensa la voy a pagar yo», reveló.